Publicat per Boris Mirhttp://lamiradapedagogica.blogspot.com.es/
Embudos y
abanicos
Hay actividades didácticas que conducen a una sola solución.
Generalmente, la solución.
Sea un dictado, una operación matemática, una conjugación o un test de
comprensión. Todos los alumnos llegan al mismo punto, sin importar el lugar de
salida. Son las actividades embudo.
Hay otras actividades que, partiendo del mismo origen, conducen a infinitos
resultados: una creación musical, un comentario de texto, una
traducción, una descripción literaria o una valoración personal. Son actividades
abanico.
Los embudos son fáciles de corregir y calificar, admiten poca
subjetividad y tienen un cierto aire de objetividad e incluso de
justicia. Los abanicos, contrariamente, apenas resisten una comparación a
base de criterios de éxito o rúbricas de corrección. Su corrección es más
subjetiva, compleja, criterial. Las calificaciones parecen arbitrarias, teñidas de
subjetividad.
No hay una modalidad mejor que otra. Depende de los objetivos de
aprendizaje que nos propongamos, pues sirven a finalidades diferentes. Sin
duda, son necesarios embudos y abanicos para una buena formación. Los
abanicos permiten expandir los límites, promueven
la expresión personal, la singularidad. Pueden mejorar la imaginación
o la creatividad. Los embudos favorecen la apropiación, estimulan hábitos,
generan automatismos. Pueden mejorar la atención o la memoria.
Una última observación: en ambas actividades conviene no olvidar
el proceso mediante el cual se llega al resultado, sea este abierto o
cerrado. Personalmente me parece mucho más relevante este aspecto que la
defensa de la supremacía de los abanicos o de los embudos. Solamente mejorando
los procesos se mejoran los resultados. Y los procesos mentales, cognitivos o
afectivos, son invisibles. Dejan poco rastro en los resultados. El buen docente
debe saber encontrarlos para dar con las
causas de los errores, con la dificultades del aprendizaje, con los
bloqueos o las carencias... Creo que en los temas importantes, sin el diálogo
pedagógico y la metacognición, es prácticamente imposible ayudar a mejorar a
los alumnos. Pero este sería otro tema.
A mi me gustan más los abanicos que los embudos, seguramente fruto de
mi propia formación y mis inclinaciones
personales. Probablemente también de mis debilidades.
Procuro equilibrar los tipos
de actividades que propongo a mis alumnos.
Te propongo que mires tu praxis y cuentes tus embudos y tus abanicos. O
lo hagas con los deberes de tus hijos, si no eres docente. Igual te sorprendes.